Archivos de la categoría Flores de Mieza

Flores de Mieza: la estrella de Belén

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La estrella de Belén u ornitogalo (Ornithogalum umbellatum) puntea aquí y allá los berrocales del Carrascal con sus estrellas de blanco inmaculado. Su nombre científico se corresponde punto por punto (del griego ornithos = pájaro, y gala = leche) con otro de los otros nombres con los que se la conoce, leche de gallina ó leche de pájaro. Como sus flores se abren a pleno sol y se cierran al caer la tarde, en otros idiomas recibe los bonitos nombres de “dama de las once” (dame d’onze heures, eleven-o’clock lady) ó “siesta” (nap-at-noon).

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Flores de Mieza: el jaramago

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Apuntaba con razón Pedro G. camino de Mieza que la flor que teñía de amarillo el campo era el jaramago. Bajo este nombre de innegable origen árabe pero etimología dudosa se conocen diferentes especies de plantas parecidas a la mostaza que crecen con generosa abundancia cuando llega la primavera, y consideradas malas hierbas en general. Las de las fotos en Mieza quizá sean la Diplotaxis muralis, que una señora del pueblo me dijo que llamaban «muronas». La facilidad para crecer en muros y tejados se desprende también de algunos de los nombres por los que se la conoce, como wall-rocket en inglés, o «jaramago de tejados» en castellano. En «Madame Bovary», escribe Flaubert que

Las tapias de las huertas, rematadas en sus bardas con trozos de botellas, parecían arder como el acristalado de un invernadero. Entre los ladrillos habían arraigado mostazas silvestres, y Madame Bovary, al pasar, con la punta de su sombrilla abierta desgranaba en una especie de polvo amarillento las marchitas flores […]

Es una flor muy común, que se ha naturalizado con facilidad en multitud de parajes, y se puede encontrar por doquier, como ésta que aprovechaba el alcorque de un almez cerca de Ventas, en Madrid.

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Flores de Mieza: la viborera

La viborera (Echium plantagineum) ó chupamieles (por esas redes se podía encontrar a alguna salmantina de origen que recordaba como de pequeña chupaban estas flores, y sabían dulce) es una planta cuyas flores son como trompetillas de color violeta profundo. Su espectacular nombre (o uno de ellos) y su identificación científica responden al parecido de sus frutos con la cabeza de la víbora (echis es el latín para «víbora»), y por ello en la Edad Media se creía que protegía contra estos animales, y que servía como remedio para su picadura. También es conocida como lengua de buey ó lenguaza, en catalán llengua de bou y en inglés Purple Viper’s Bugloss (del griego bous, «buey», y glossa, lengua), por la forma y el tacto áspero de las hojas, aunque no hay que confundirla con la buglosa, un tipo de borraja.

Para variar, en Australia es una planta muy invasora, y allí también se la conoce con los tremendos nombres de Paterson’s Curse («la maldición de Patterson»), por el apellido de la que que se supone que fue la colona que llevó las primeras semillas desde Europa para embellecer su jardín, contaminando accidentalmente los pastos, y Salvation Jane, porque en tiempos de sequía servía como pasto para el ganado gracias a su resistencia a la falta de agua, y así el ganado no moría. Sin embargo, y de forma paradójica, contiene una pequeñísima cantidad de un alcaloide parecido al curare, y si se ingiere la planta en grandes cantidades puede llegar a producir envenenamiento. De hecho, tras los fuegos de Canberra del 2003, se contabilizaron de forma oficial 40 muertes de caballos por haber comido viborera. Cuando se usa como pasto es necesario controlar la ingesta que hace el ganado de la planta, y no parece estar claro si los beneficios por su consumo superan a los gastos por muertes de reses y por los propios controles.

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Flores de Mieza: el jaguarzo morisco

El jaguarzo morisco (Cistus salviifolius) es un tipo de jara o estepa con grandes pétalos blancos y un apretado conjunto de estambres que le da en conjunto ese aspecto de huevo frito. Las hojas son parecidas a las de la salvia, ovaladas, ásperas y peludas, lo que explica su nombre científico, mientras que su etimología quizá sea la misma que la de la jara, del árabe xara, que significa arbusto. El latín cistus («jara») se conserva en el sinónimo «cisto» como otro nombre para la jara en castellano. En catalán a esta flor se la conoce como estepa borrera, y en inglés con el poco imaginativo nombre de sage leaf rockrose, o «jara de hoja de salvia».

Las cistáceas en general son una familia de plantas apreciadas por su flores, y muchas de ellas se cultivan en jardinería. Son plantas resistentes, que pueden vivir en terrenos secos, y muy adaptadas a los incendios: sus semillas pueden permanecer latentes hasta que el calor las hace germinar, siendo de las primeras plantas en aparecer tras el fuego. Desde tiempo inmemorial se ha extraído la resina de algunas de sus especies para fabricar el ládano, que se usa actualmente como base en perfumería. Como curiosidad, se ha investigado su posible uso como planta favorecedora del cultivo de trufas, por la capacidad que tienen de entrar en simbiosis con esos hongos.

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Flores de Mieza: el botón de oro

El botón de oro es una de los centeneres de especies de ranunculáceas que existen. El de la primera foto es probablemente el conocido también como hierba velluda (Ranunculus bulbosus), o alguna subespecie de ella. El segundo posiblemente sea el botón de oro común, o hierba bellida (Ranunculus acris). La gran mayoría de los ranúnculos son muy parecidos, con flores de amarillo brillante, aunque algunos son blancos, como estos ranúnculos acuáticos o hierba lagunera (Ranunculus aquatilis) que fotografiamos en el puente de Sogo. Son todos venenosos, aunque su sabor amargo hace que los animales los eviten. Cuando las flores se secan desaparece su toxicidad.

La etimología de ranunculus (rana pequeña) quizá alude a que generalmente se encuentran cerca del agua o en lugares húmedos. Muchos de sus nombres comunes en diferentes idiomas comparten la referencia a «pie» (pata de gallina, pie corvino, pie de gato, pie de lobo, peu de gallina, pé de gallina, pê de galîña, crowfoot), seguramente por la forma trilobulada de las hojas que nacen del tallo. En inglés se la conoce comúnmente como «taza de mantequilla» (buttercup), y en alemán «flor de mantequilla» (Butterblume), porque el reflejo de la flor en la piel tiene ese tono de color.

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